Por: ©Mariana Núñez Vargas
Creo en el Universo como el gran contenedor de la totalidad del espacio, del tiempo y de todas las formas de materia y energía. Creo en el Universo, punto de origen de todo lo existente y no existente, o de lo que ya fue o no ha ocurrido. Creo en la idea de que tal vez "todo lo que vemos no existe y solo es el pasado de los astros”[1].
Creo en la tierra, en Gea, diosa griega de la fecundidad y feminidad como generadora de vida y hogar de todas las especies vivientes. Creo en ella como la pacha mama, madre de todos los recursos (agua, suelo, aire) para mantener a sus hijos, los hombres, y a toda la fauna y flora del planeta. Entonces, creo en ti, como la madre que nutre, nos da cobijo y protección. Y creo en la reciprocidad de nosotros, como hijos conscientes, para a su vez cuidarte y protegerte de todo aquello que pueda herirte o hacerte daño.
Creo en los ríos, mares, lagos azules, anchos y profundos, como sendas gigantes para conectarnos. Creo en el agua guiadora, purificadora de almas, vientre y nutriente de todos los seres vivos.
Creo en los árboles, mis hermanos, generadores de oxigeno, elemento vital para seguir existiendo. Creo en los bosques, hogar de animales grandes y pequeños, proporcionadores de sombra y cobijo. Creo en sus susurros sabios que me tranquilizan cuando me poso bajo sus sombras. Y en el aire que acaricia mi rostro y me cierra los ojos. Creo en el viento impulsador de naves, fuente de energía… Y en el que, pícaramente, juega con el vuelo de una falda…
Creo en mi familia grande, en todos mis amigos y seres humanos que me acompañan en este viaje que llamamos vida.
Creo en ti, padre, que con tu ejemplo y principios sabios nos guiaste por el camino del conocimiento, del estudio, de la honestidad y del disfrute de los pequeños placeres de la vida…Ya no estás, sin embargo me colma tu gran fuerza interior…Tu energía vital y tu obra humanista nos guiará en este recorrido que nos queda… Creo en ti madre, que me diste la vida y nos entregaste tu amor y dedicación, con todo lo que tenías a tu alcance, y que tu sistema de creencias te permitió dar.
Creo en mis hijos… En ti, mi Lu, mi niña Luz, que construyes collages de arena con colores de sal y de música para deleitarnos. Creo en ti, mi Sim, mi guerrero brillante, que escribe cuentos y construye barcos de Lego y los echa a la mar…. Ah, creo en mi Francisco, ¡tienes alma de poeta! Eres el que me regala siempre un cumplido, envolviéndome con tu ternura. Creo en ti mi pequeño sabio, tu madurez me asombra. Con tus 8 añitos me dejas pasmada, mirándome a los ojos y ¡respondiéndome lo que yo…ya sabía!
Creo en ti compañero mío, amigo eterno de mis sueños y en esta travesía de la existencia, con tu amor y paciencia me arropas, sintiéndome segura.
Creo en mí, como ser pensante y consciente que cada vez se da cuenta que menos sabe, pero eso solo es el estimulo para crecer y poner un granito de arena nutriente en el entorno de todos los seres que quiero.
En fin, creo en todos nuestros “locos bajitos” y en su sonrisa… Creo en la lluvia fría que me refresca y en la luz de las estrellas que me recuerda que somos solo un punto del Universo. Creo en la naturaleza fiel que me acompaña todos los días, desde el jardín de mi casa. Creo en lo que todavía me sorprende y no está escrito. Pero, creo en los que tienen el mundo de las letras al alcance de la mano. Ya sea para crear, construir historias o para deleitarse con ellas; atrapándolas, engulléndolas y forjando un imaginario ilimitado de imágenes y conciencia plena…
Por último, necesito creer en las “generaciones futuras” que harán posible la sustentabilidad de la “vida” en nuestra pequeña madre tierra…
Todavía CREO… MNV, febrero 2015. (Diplomado de PNL y Coaching).
[1] Conclusión de los científicos del King´s College de Londres, al recrear las condiciones seguidas al Big Bang, a través del conocimiento adquirido de la partícula de Higgs, lo cual reveló que “el universo colapsó hasta dejar de existir, casi tan pronto como empezó” (…). Wikipedia.ref.30.
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